ADOLFO CHÁVEZ ES SORPRENDIDO EN UNA CANTINA CON MENORES DE EDAD

Mientras idígenas del TIPNIS preparan la IX Marcha, su principal dirigente, Adolfo Chávez, aparece en estado de ebriedad con menores de edad.

 22 de abril 2012

El Presidente de la CIDOB, Adolfo Chávez, fue sorprendido a altas horas de la madrugada con menores de edad en una cantina, junto con otros dirigentes que no pudieron ser identificados. Entretanto, la mayor parte de los dirigentes de la CIDOB y las Centrales Indígenas realizan los preparativos ulteriores para la IX Marcha de los Pueblos Indígenas en Defensa del Parque Nacional y Territorio Indígena Isiboro Sécure.

Las imágenes muestran al dirigente indígena en estado de ebriedad, con dos presuntas menores de edad, en una cantina en la ciudad de Cobija. Según fuentes de ECODIGITAL, Chávez se encontraría con otros dirigentes indígenas, “celebrando” la próxima partida de la IX marcha de la Central de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB).

De confirmarse el hecho, los dirigentes serían pasibles a procesos penales, por vulneración de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

 

Datos

Adolfo Chávez, es actualmente el Presidente de la CIDOB, reelecto en diciembre de 2010. Fue el conductor de la VIII Marcha de los Pueblos Indígenas que partió de la ciudad de Trinidad y llegó a la ciudad de La Paz, tras la violenta represión en Chaparina, desde donde partirá el 25 de este mes la IX Marcha. Este año el dirigente firmó un acuerdo con la Gobernación de Santa Cruz para generar proyectos a favor de los pueblos indígenas en ese departamento.

La IX Marcha causa adhesiones y rechazos

Por Gregory Beltrán – La Prensa – 22/04/2012

Un bloqueo de caminos en las rutas que unen Trinidad con San Borja, además de una marcha en la ciudad de La Paz prevista para el miércoles son las medidas que anteceden a la IX Marcha Indígena, que partirá de la localidad de Chaparina el 25, en rechazo a la consulta para la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos a través del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

PROTESTAS EN LA PAZ Y BENI. El bloqueo de caminos es organizado por vecinos y autoridades de San Ignacio de Moxos, quienes anunciaron que con esta acción pretenden impedir el paso de los indígenas que se alistan para marchar desde el miércoles.

La determinación no ha evitado que los dirigentes indígenas ratificaran la movilización para la próxima semana.

El presidente de la Subcentral Indígena del TIPNIS, Fernando Vargas, dijo que a partir del lunes empezarán a concentrarse las delegaciones en Trinidad para dirigirse a Chaparina, desde donde partirá la columna. Los preparativos de la movilización “van viento en popa”, dijo Vargas, mientras el presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), Adolfo Chávez, indicó que el anunciado bloqueo sólo afectará a los mismos habitantes de San Ignacio de Moxos.

Por su parte, el diputado indígena Pedro Nuni informó que en la marcha participarán representantes indígenas de Brasil y Perú.

Entretanto, en La Paz varios grupos de activistas organizan una marcha simbólica para el miércoles 25 de abril en apoyo a los indígenas del TIPNIS, tal como ocurrió el año pasado (25 de agosto), cuando simultáneamente se desarrolló una movilización en La Paz y en Trinidad en defensa del parque nacional.

También se tiene prevista, para mañana, la instalación de un foro debate sobre este tema en los ambientes de la Carrera de Comunicación de la UMSA, al que han sido invitados representantes de varios sectores.

La REACCIóN DEL GOBIERNO. Ni el vicepresidente Álvaro García Linera ni el ministro de Gobierno, Carlos Romero, precisaron por cuánto tiempo se postergará la consulta a los comunarios del TIPNIS respecto a si están o no de acuerdo con la construcción de la mencionada vía.

Tampoco establecieron cuándo remitirán el proyecto de ley que modificará la Ley 222 y definirá los plazos para la realización de este procedimiento constitucional. Esa modificación obedece a una recomendación de las Naciones Unidas.

García Linera sostuvo que la marcha indígena es un derecho democrático que el Gobierno respeta y garantiza, aunque aseguró que el resultado de la consulta permitirá definir si la carretera en cuestión se construirá por la parte central del parque nacional.

415 millones de dólares costará la construcción de la carretera que unirá a Cochabamba con el departamento del Beni.

Gobierno e indígenas, preparando la IX Marcha

La Razón / La Paz

00:01 / 22 de abril de 2012

Leonardo Tamburini
La marcha es la medida más sacrificada, pero a la vez la más efectiva, con la que cuentan los pueblos indígenas en su menú de opciones de acción directa. Se dice que en Bolivia una marcha indígena nunca fue derrotada por ninguna de las diferentes administraciones estatales de turno. Por el contrario, sus logros inmediatos o estratégicos, en casi todos los casos, terminaron impactando en la agenda política del país. Gran parte del nuevo texto constitucional se debe a las movilizaciones indígenas, que recoge una buena cantidad de sus demandas históricas, y contiene, además, la hoja de ruta de cambio y transformación para las próximas generaciones.

Sin embargo, el poner a rodar la nueva estructura institucional y hacer realidad los avances logrados en la norma, se está volviendo una empresa casi revolucionaria. Las permanentes regresiones en la legislación de desarrollo, así como en las medidas de implementación de la Constitución, ha ocasionado la paradójica situación de que el movimiento más identificado con el Estado Plurinacional en términos teóricos e históricos se haya convertido, en este momento, en el enemigo principal del operador de los mandatos de la Constitución: el Gobierno y los demás poderes constituidos. El caso de la construcción de la carretera por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) es el reflejo más evidente de esa tensión. La convocatoria a la IX marcha indígena, a sólo seis meses de concluida la anterior, responde a la evidente profundización de la línea regresiva constitucional, expresada en los términos crudos en la Ley 222 (de consulta previa).

La aprobación de esa normativa es el detonante de la marcha, en tanto el principal logro de la anterior movilización, la prohibición de construir la carretera por el TIPNIS, pretende ser revertido con la aplicación de la indicada reglamentación. Esta norma está sirviendo también para justificar el aparatoso despliegue gubernamental en Beni, apoyado por las instancias municipales y regionales, en una abierta y sistemática campaña de compra de la decisión de aceptación de la construcción de la carretera. En ese sentido, se vienen multiplicando las entradas al TIPNIS acompañadas de brigadas de salud, carnetización, víveres, motores de agua, semillas y grandes promesas de “desarrollo”. Sin embargo, la recepción de estas dádivas están condicionadas al compromiso de que acepten la consulta y, por tanto, la construcción de la vía, así como el de no acompañar la IX marcha indígena.

La decisión de marchar asumida por los indígenas encuentra justificación día tras día. Un ejemplo de ello es la aprobación inconsulta del protocolo de implementación de la Ley 222, trabajado de manera reservada a los directos interesados. El documento expone, con todas las letras, que los indígenas no se podrán oponer a la carretera. En efecto, la encuesta, que a título de protocolo se practicará en lo que el Gobierno ha llamado consulta, impide que los pueblos del TIPNIS ratifiquen en ese proceso su decisión negativa respecto de la vía.

Es decir, el protocolo tiene por objeto y contenido buscar la mejor opción ambiental, social y cultural para que la carretera se construya atravesando el TIPNIS. Cualquiera de los criterios que expresen los consultados, el resultado será el mismo: la vía atravesará irremediablemente el TIPNIS. Sin la participación de las organizaciones representativas, con la inclusión de terceros que han renunciado a sus derechos colectivos a decidir sobre el territorio y en aplicación de un proceso que no toma en cuenta las instancias sociales y culturales propias de decisión, y viola expresamente los postulados mínimos que rigen nacional e internacionalmente el consentimiento libre previo e informado.

De paso, tanto la ley como su protocolo despojan a la Subcentral    TIPNIS la titularidad de la administración compartida del parque y del poder de decisión sobre su territorio en tanto propietarios privados de esas tierras colectivas, puesto que la encuesta prevé la participación de las comunidades y otras instancias definidas, en franco desconocimiento de las estructuras tradicionales de los pueblos. Además, los procedimientos y normas propios son violentados por esta norma de manera unilateral.

Finalmente, en este “protocolo” figura la prohibición expresa de que se monitoreen los talleres y no se difunda ninguna información hasta que el Órgano Electoral emita el “resultado” de la consulta. Es decir, la decisión será fruto de un desigual proceso de “acuerdo” entre todo el aparato estatal frente a las comunidades despojadas de sus organizaciones, sus técnicos, obligados a aplicar un documento que no conocen y en absoluta indefensión frente al principal interesado de voltear la decisión que ellos mismos han tomado y el Estado no quiere reconocer.

A semejante atropello se le suma la estrategia de la prebenda y cooptación de dirigentes de las organizaciones regionales de la Central de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), que busca detener la IX marcha o, al menos, restarle representatividad y legitimidad. Habrá que ver el 25 de abril si esa estrategia combinada tiene los resultados esperados por el Gobierno. De todos modos, lo que refleja tal acción es que estamos todavía lejos de que el Ejecutivo asuma genuinamente el reto de construir el Estado Plurinacional.

Plataforma de IX marcha exige el retiro de militares del Tipnis

Organizaciones indígenas de tierras bajas afiliadas a la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia Oriente Chaco y Amazonia (Cidob) hicieron conocer ayer la “plataforma de demandas de la IX Marcha Indígena originaria” que pide, entre otros puntos el “retiro inmediato de los barcos de la Armada Bolivia así como de militares y funcionarios encargados de ejecutar la consulta en el Tipnis”.

El documento firmado por el presidente de la Cidob, Adolfo Chávez, por el cacique de la Organización Indígena Chiquitana

(OICH), Emigio Poiché Tivero, el delegado de la Subcentral Sécure, Juan Carlos Flores y la presidenta de la Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni, Bertha Vejarano Congo, entre otros, pide además la anulación de la Ley 222 de consulta, el respeto a los acuerdos logrados en la VIII marcha.

Tras señalar la obligación del Estado a cumplir las normas ambientales, las organizaciones indígenas que impulsan la IX marcha piden el “encarcelamiento y prisión en Chonchocoro a los responsables y los autores materiales e intelectuales del atropello y represión brutal del 25 de septiembre de 2011 en Limoncito, Chaparina y San Lorenzo (Yucumo) y durante las movilizaciones en el Oriente, Chaco y Amazonia en apoyo a la 8va marcha indígena”.

Asimismo, piden el esclarecimiento del presunto secuestro del canciller David Choquehuanca, la no criminalización de la protesta pública, el cese de la persecución política y policial a los dirigentes de las organizaciones indígenas y sanción, resarcimiento y satisfacción pública a las mujeres, niños y adultos mayores que sufrieron la vulneración de sus derechos en las movilizaciones en defensa del Tipnis.

La plataforma resume los planteamientos de las organizaciones indígenas en siete puntos, bajo el título “por la defensa de la vida y dignidad, los territorios indígenas, los recursos naturales, la biodiversidad, el medio ambiente y las áreas protegidas, cumplimiento de la CPE y el respeto a la democracia”.